Esta salida de pesca se convirtió en una aventura emocionante desde el primer momento. El plan original se truncó cuando llegamos al lugar que habíamos elegido y descubrimos que estaba ocupado por otros pescadores. Esto nos llevó a explorar la orilla en busca de un nuevo puesto de pesca, lo cual resultó ser más difícil de lo que esperábamos debido al gran número de personas que habían salido a disfrutar del puente. Después de un buen rato caminando sin éxito, finalmente divisamos un pequeño saliente de hormigón al otro lado del río Ebro.
La distancia parecía un poco larga, pero estábamos decididos a llegar allí y ver si podía ser un buen lugar para pescar. La suerte estuvo de nuestro lado, ya que llevábamos nuestro vehículo Duster, que resultó ser fundamental para atravesar el difícil camino lleno de obstáculos que teníamos por delante. Una vez que llegamos al lugar, soltamos a nuestra fiel compañera Gordi, una perra que nunca falta en nuestras salidas de pesca. Después de preparar nuestras cañas con una técnica sencilla de Air, y utilizando un par de pellets de Trybion (una marca que, aunque no nos patrocina, merece una mención por su efectividad), las alarmas sonaron después de solo media hora. El sonido de las alarmas fue la señal que estábamos esperando, y fue entonces cuando supimos que la primera carpa había picado el anzuelo. A partir de ese momento, la emoción y la adrenalina nos inundaron por completo. Sabíamos que teníamos un largo día por delante, pero estábamos más que preparados para enfrentar el desafío. Cada vez que nuestras alarmas sonaban, nuestras emociones se intensificaban. Después de la primera captura de carpa, continuamos nuestra jornada de pesca con gran entusiasmo. A medida que avanzaba el día, tuvimos la suerte de atrapar un Cacho, una especie que se está volviendo cada vez más común en el río Ebro. Sin embargo, esto también ha hecho que la pesca sea más difícil, lo que hace que cada captura sea aún más emocionante.
Después de disfrutar de un almuerzo en el que recargamos energías, seguimos pescando y, aunque hubo algunas picadas fallidas, no tardó en llegar otra gran captura. Esta vez fue una carpa que luchó con gran fuerza antes de que finalmente pudimos meterla en la moqueta. Mi esposa también tuvo la oportunidad de pescar varias carpas, lo que añadió aún más emoción a la jornada de pesca. La verdad es que perdimos la cuenta de cuántas carpas logramos capturar en ese día, pero fueron muchas. Además de las capturas, el almuerzo y la comida que disfrutamos en plena naturaleza fueron una delicia para el paladar y para el alma. A medida que se acercaba el final del día, nos despedimos de ese lugar con un gran sabor de boca y ansiosos por nuestra próxima salida de pesca, que esta vez sería en Caspe.
Sabíamos que no sería fácil superar la emoción y las sensaciones que habíamos experimentado en este día, pero estábamos listos para enfrentar el desafío y ver qué nos deparaba la próxima aventura. La pesca es una actividad que nos permite conectar con la naturaleza y disfrutar de momentos de tranquilidad y reflexión. Además, cada día de pesca es una oportunidad para aprender algo nuevo, mejorar nuestras habilidades y crear recuerdos inolvidables. En definitiva, cada salida de pesca es una aventura única que vale la pena vivir y compartir con aquellos que amamos.
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